La osteopatía es método de tratamiento global, que se basa en 4 principios terapéuticos:
- El cuerpo es una unidad.
- La forma gobierna la función y viceversa.
- El cuerpo es capaz de autoregularse.
- Hay que garantizar el aporte fluídico a los tejidos.
Con estos conceptos como premisas, el tratamiento osteopático es efectivo en muchas de las dolencias que presentan nuestros pacientes, aunque popularmente se asocia a los tratamientos de dolor de espalda.
Con osteopatía podemos mejorar dolencias como:
– Contracturas musculares, tendinitis, esguinces, etc.
– Resfriados de repetición, sinusitis, tos no productiva, dificultades respiratorias, etc.
– Colon irritable, estreñimiento, exceso de acidez, espasmos abdominales, etc.
– Incontinencia, dolores menstruales, dispareunia, etc.
– Problemas y seguimiento del Embarazo como dolor de espalda o ciáticas, dolor inguinal, piernas hinchadas, etc.
– Pediátricos: tortícolis, secuelas derivadas de ortodoncias, trastornos del sueño, hiperactividad, dificultad de aprendizaje, alteraciones del crecimiento, etc.
– Otros: Estrés, migrañas tensionales, cansancio generalizado.
Al ser un tratamiento global es importante que se establezca un “pacto” entre el paciente y el terapeuta para trabajar conjuntamente en la misma dirección, mejorando los hábitos tóxicos y cambiando los factores de mantenimiento de la clínica del paciente, siempre que sea posible.
Los tratamientos osteopáticos son tratamientos enfocados a producir cambios a largo plazo en la forma en que se organiza el cuerpo, así que es vital no agotar su capacidad de adaptación. Es muy frecuente la pauta de ejercicios compensatorios para mejorar la clínica y volver a recuperar el equilibrio.